Wenas!!! Pues hoy voy a hablar de éste gran coche, el Peugeot 307 de ninco. Lo de gran, no es solo por sus dimensiones, sino tambien por lo que supuso la aparición de éste coche en los parques cerrados de la mayoría de clubs. Yo, no es que digamos que lleve muchos años metido, pero si he podido vivir este cambio generacional.
Yo me inicié en el mundillo del Slot gracias a la competición, comencé cuando se "corría" con el gran Ford Focus de SCX y el Córdoba, cuando preparar un coche era un verdadero trabajo de "chapa y pintura", y solo, para hacer que se moviera dignamente. Por aquel entonces lo normal era ver como los que competíamos teníamos un sinfín de llantas OZ blancas, teníamos que comprar llantas por un tubo hasta encontrar 4 "rectas"/centradas, pero no eran solo las llantas, como recambios teníamos que comprar otra gran cantidad de ejes para encontrar unos rectos. Se podría decir que estábamos en el neolítico slotero.
De repente se comenzó a utilizar lo que fue el primer gran avance en éste mundillo, los ejes calibrados slot.it (este material solo estaba admitido en las diferentes disciplinas de carreras de velocidad), teóricamente se podía utilizar éste material ya que lo llevaba de serie el alfa de GOM, pero si os he de ser sincero, nunca he visto ese coche en un parque cerrado, lo llamé el "coche fantasma".
Pero la irrupción del 307 supuso un antes y un después en la competición, hablo siempre dentro del grupo N, de los coches "de caja". Esperábamos el coche como agua de mayo y las primeras tiradas no llegaban ni a colocarse en las estanterías de las tiendas, nuestros tenderos nos las reservaban, ya que fue un gran éxito.
Y tanto que fue un éxito, desde ese momento los parques cerrados se convirtieron en una "marea roja", pocos eran los que seguían compitiendo con los ya obsoletos Focus de SCX, había llegado el nuevo Rey.
El Peugeot 307 no fue el primer coche concebido para la competición de la catalana Ninco, ya que ese honor le corresponde al Subaru "viejo", del cual algún día hablaré tambien.
El 307 fue un coche sobredimensionado en cuanto a sus proporciones a escala, más cerca del 1/30 que del 1/32, pero el verdadero éxito, como ya he dicho en otras ocasiones, estaba en su interior, en el chasis, en el motor, en las suspensiones, en el ancho de sus ejes y la distancia entre ellos y su guía.
La carrocería estaba injectada en plástico y el mismo color es el que se utiliza como base para la decoración, posteriormente se le coloca la tampografía y una gruesa capa de barniz casi indestructible.
Volviendo a la tampografía, el nivel de ésta es elevado, sin que se difumine y legible a pesar de los pequeños patrocinadores que podemos encontrar en los laterales y la trasera del coche.
A pesar de ser un coche de "carreras" tenía una estética muy aceptable. El cockpit está muy bien reproducido, dos pilotos bien definidos y unos asientos que simulan perfectamente los de un coche de rally a escala 1:1. El copiloto con sus notas, el volante y relojes del tablero muy logrados tambien. En la carrocería encontramos otro detalle que ayudó a su gran éxito en las competiciones, primero, que no levaba el sistema de luces incorporado como los SCX, así que tanto las ópticas delanteras como traseras perdía un pelín de "calidad" estética, pero aligeraban la carrocería para facilitar la basculación.
Si a esto le añadimos que solo se sujeta al chasis con dos tornillos, tenemos asegurada un perfecta basculación, algo básico en la competición. Es más, de las decenas de coches que he preparado, éste es el único que de serie, recién comprado, con solo aflojar los tornillos el coche bascula perfectamente, no había rebabas ni roces por ninguna parte y no apliqué el conocido "desgaste natural".
Pero el 307 tenía un pequeño defecto de juventud, y este se encontraba en los enganches del chasis a las suspensiones. Los primeros que se realizaron eran excesivamente endebles y se partían con mucha facilidad. Así que la cantidad de chasis de recambio que teníamos era innumerable, en las largas sesiones de entrenamiento se acostumbraban a partir, era molesto ya que tenía que cambiar todas las piezas a otro, y evidentemente, una vez en casa, con el binomio de loctite más bicarbonato "fabricar" el ungüento mágico que todo lo pega. Pero esto tambien sucedía en las carreras, así que no era raro ver como a uno u a otro se le partía la dichosa pieza y le tiraba por tierra el rally.
Evidentemente Ninco reaccionó y reforzó esa pieza, pero es curioso, nunca más encontré un chasis que encajara perfectamente con la carrocería.
En fin, el Peugeot 307 es y será (según mi modesto entender) el gran coche de competición, el que hizo temblar los cimientos de la competición (y hoy aun seguimos discutiendo la permisividad de los reglamentos con éste coche y sus "hermanos", pero eso ya es tema para otra entrada en el blog) y la base sobre la que se cimienta el actual poderío de los coches Ninco en los rallys, ya sea con el 307, su más inmediato seguidor en el tiempo, el mitsu (en breve hablaré de él tambien), el esperadísimo y a la vez decepcionante Focus, el sorprendente Subaru y el poderoso C4.
Adeu y gassssss
martes, 30 de diciembre de 2008
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